HISTORIA

 El Ministerio Castillo del Rey A/D nació primero en el corazón de Dios, porque es el deseo de nuestro Señor Jesucristo que los niños, jóvenes y adultos puedan entrar en una sincera relación con Él.

Estando en Carolina del Norte, en el invierno de 1987, el misionero Donald Kent Triplett pudo observar a un pastor montado en un caballo repartiendo tratados y predicando en un área de descanso en una de las autopistas de los Estados Unidos. Esto no era común en ese país por lo que quedó impactado y Dios comenzó a hablarle acerca de la fuerza de un espectáculo para ganar almas. Dios usó ese instrumento para ministrarle por un período de tres horas y muchas veces le trajo a la mente, Efesios 6:10-18, “La Armadura de Dios”.

Llorando profundamente, comprendió que el Señor le estaba hablando de un ministerio que fundaría en El Salvador, pero que también abarcaría Centro América y el mundo.

Mientras oraba tuvo una visión: vio un espectáculo de hombres a caballo y a pie, un ejército de guerreros espirituales con la armadura de Dios y lo que hacían era algo como la conquista de América; montados en hermosos caballos se desarrollaba una batalla, pero esta batalla era espiritual y consistía en arrancar de las manos del diablo los niños y jóvenes a través de la predicación del evangelio por medio de espectáculos.

Mientras esto sucedía, la gente preguntaba y gritaba: ¿QUIÉN ES EL SALVADOR? y este ejército de guerreros contestaba a viva voz: ¡JESUCRISTO MI SEÑOR! La batalla espiritual continuaba y cientos de pueblos caían bajo convicción del poder del evangelio y la espada del Espíritu destruía fortalezas. Observaba a este ejército de Dios marchando a través de Centro América, vistiendo sus armaduras completas.

El Señor le hizo pensar que así como los conquistadores españoles de hace 500 años atrás, su familia y todo el Ministerio tendrían la victoria en esta conquista espiritual. A diferencia de aquellos conquistadores, quienes trajeron mortandad y destrucción, en este caso no se pretendería robar, sino traer el regalo del evangelio, las buenas nuevas a los niños y jóvenes heridos de El Salvador y el mundo. Se lucharía para compartir el bálsamo de la paz, el consuelo y gozo del Espíritu Santo para llevarlos al Castillo del Rey, el lugar más hermoso del universo.

Obedeciendo el llamado

En diciembre de 1987 llegó a Costa Rica, Centroamérica. El 20 de marzo de 1989 en Costa Rica, encontrándose en oración, Dios le dio un mensaje al hermano Donald otra vez.  Yo me senté y el Señor me empezó a dar un mensaje. Yo estaba escribiendo automáticamente, el Señor estaba dirigiendo mi lápiz, fue como un mensaje profético, escribiendo en un papel.

”Vengo pronto y no te engañes por lo largo del trayecto, aunque esto signifique cambios de rumbo, yo te he llamado para hacer una obra que aún ni te imaginas. Los días de trabajo son cortos, pero verás una obra fuerte iniciándose en Centro América y perdurará por toda la eternidad. Tengo una señal que te permitirá ver la gloria: no te preocupes por los ingresos, pues Yo ya pagué el precio. Mis ovejas conocen mi voz, tu familia está segura en mis manos y hay un lugar preparado y seguro.”

“Tu vida está en mis manos y serás usado como vaso de honor. Tu corazón tiene hambre y sed de justicia y te usaré para tocar las vidas de millares de niños y jóvenes”.

“Esa noche orando y meditando sobre el mensaje, Dios volvió a hablarme y me confirmó el lugar donde iría: “El Salvador, Centro América”.

El país se encontraba en condiciones de violencia y guerra,  por lo que sentí temor de exponer a mi familia, pero mi esposa me dijo que Dios quería hacer algo grande en Centro América. Sus palabras fueron una reconfirmación y nos preparamos para ir a El Salvador.”

Pero con este llamado viene una advertencia: “No quites tus ojos de mí y no tomes decisiones grandes sin contar conmigo.”

El hermano Donald Triplett y su familia permanecieron  un año y medio en Costa Rica, aprendiendo el español y dando los primeros pasos para iniciar el ministerio. Después de un mes de haberlo fundado, 700 niños asistieron cada semana a los cultos especiales de Castillo del Rey A/D. Muchos de ellos conocieron al Señor y fueron bautizados en el Espíritu Santo con evidencia inicial de hablar en otras lenguas y veían sanidades y milagros por doquier.

Aunque el hermano Donald y su familia siguieron la obra en El Salvador, el ministerio Castillo del Rey A/D continúa alcanzando a los niños de Costa Rica.

El consideró en sus inicios llamar a este ministerio “La conquista espiritual de las Américas”. Ya en el terreno de la práctica se llamó “Castillo Internacional del Niño”.  Recibió este nombre porque en el ministerio trabajaron personas de Costa Rica, Nicaragua, Panamá y los Estados Unidos. Finalmente, en El Salvador, el ministerio fue fundado con el nombre “Castillo del Rey A/D”.

Haciendo realidad la visión

En agosto de 1989, la familia Triplett se trasladó a la capital de El Salvador, sabiendo que había guerra en el país y que las necesidades eran grandes. Por fe empezaron a caminar sobre las aguas de incertidumbre. ¿Qué iban a hacer? ¿Cómo empezar de nuevo? Fueron algunas preguntas que pasaron por sus mentes. Paso por paso vieron la mano de Dios que los guiaba.

A partir del 11 de noviembre de ese mismo año El Salvador sufrió la última ofensiva de la guerrilla. Los Triplett se preguntaban ¿Por qué vinimos aquí si no podemos hacer nada?

Todos los ciudadanos americanos tuvieron que salir inmediatamente del país, pero en enero del año 1990 Dios les permitió volver a El Salvador, enseñándoles cómo confiar en Él y seguir su plan.

En Costa Rica agotaron casi todos los fondos que tenían para el evangelismo infanto juvenil, pero por fe alquilaron una oficina y empezaron a arreglarla. El edificio había sido una fábrica y estaba en terribles condiciones. Cuando empezó la última ofensiva de la guerrilla en San Salvador el 11 de Noviembre de 1989, pensaron: “¿Por qué venimos aquí? ¡No es posible hacer nada!” Ese mismo día una familia de Costa Rica llegó a apoyarles para fundar el ministerio de Castillo del Rey A/D en El Salvador. Ellos no esperaban encontrarse involucrados en una ofensiva guerrillera que duró tres semanas, pero Dios sí lo sabía cuando les llamó con señales y prodigios a servirle.

La familia Jiménez regresó a Costa Rica cuando la misión envió a la familia Triplett a los Estados Unidos en el mes de diciembre como medida de seguridad para los norteamericanos y extranjeros. Volvieron en enero del 1990, confundidos, desanimados y tratando de entender por qué estaban en El Salvador. Oraron más y así fue que Dios pudo enseñarles cómo confiar en Él y seguir su plan. El Señor empezó a traer la gente que Él quería que trabajara en el ministerio.

El 29 de Enero de 1990, fue el domingo en el cual tuvieron su primer servicio evangelístico en El Salvador. El lugar, la iglesia Penuel en Cuscatancingo, la cual había sido atacada por la guerrilla durante la ofensiva final.

Desde ese día en adelante, el Hermano Donald comenta: “Siempre hemos seguido a Dios para que sea Él quien nos indique y nos guíe hacia los lugares que Él desea que ministremos como equipo. Hemos tratado de poner las necesidades de esos niños aún por encima de nuestra seguridad personal, y Dios ha estado con nosotros de una manera poderosa.

Nuestros primeros años fueron muy emocionantes pues vimos la mano de Dios levantando avivamientos en nuestras vidas y encendiendo las chispas de un poderoso Pentecostés en cientos de jóvenes de todas las edades. El nacer de este avivamiento ha sido por causa del urgente deseo de ganar almas. Por alguna razón, Dios está acelerando nuestras actividades para ganar más y más almas, probablemente es porque la promesa de una cosecha abundante nos impulsa a seguir.

Nos atrevemos a creer que pronto alcanzaremos a todos los niños que se encuentran en El Salvador y después a los confines de la tierra. A la fecha, nuestro mayor problema parece ser el mantener el ritmo de la marcha a la par del crecimiento rápido que el Ministerio Castillo del Rey A/D está experimentando.

Organización

Debido al rápido crecimiento de Castillo del Rey A/D en diferentes países, surgió la necesidad de crear la Asociación Internacional de Castillo del Rey Asambleas de Dios (AICRAD), con el fin de proteger el buen nombre del ministerio, velar por el cumplimiento de la visión misionera y velar por la creación, producción e intercambio de materiales nuevos en beneficio de la niñez y de la juventud a nivel mundial.

Para el mejor funcionamiento de esta Asociación se decidió dividirla geográficamente  en cinco  regiones, las cuales son convocadas bianualmente para una Cumbre Mundial (en los años pares) y Cumbres Regionales (en los años impares).

En cada país el ministerio es diferente, acoplándose según las necesidades culturales, pero cada uno tiene el desafío de alcanzar a todos los niños y jóvenes de su país y guiarlos hacia Cristo, bajo la visión de alcanzar a todos los niños y jóvenes del mundo con el mensaje: “Cristo salva, sana y viene pronto” formando discípulos llenos del Espíritu Santo, utilizando todos los medios que estén a nuestro alcance.

      No existe un patrón de organización para ser utilizado por todos los países, porque sería               imposible generalizar las necesidades de cada cultura predominante en  el mundo, Sin                   embargo,  en lo que  se refiere a visión, misión y sus cuatro bases fundamentales                           (Evangelismo, Discipulado, Misiones y Compasión) no puede haber ninguna diferencia.